martes, 10 de octubre de 2017

Mi tierra

Cruïlles y Sant Miquel de Cruïlles en una mañana tranquila de agosto.
Cuando miro un dibujo hecho hace meses, el instante en el que lo dibujé se me aparece claramente. Recuerdo el calor, el olor de la paja recién cortada y el zumbido de los insectos. Dibujar es una de mis formas preferidas de conectar con la tierra. La tierra que piso, la que me alimenta, la que me carga de energía.
He visto muchas banderas estos días, y ninguna me llega al corazón. Yo prefiero que mi patria se parezca más a los versos de Ojos de Brujo en aquella canción que decía:
Mi techo son las estrellas 
Que están en el firmamento 
Mi manta el agua del mar 
Y mi respiración el viento.

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