jueves, 27 de julio de 2017

Vida tranquila

Nunca he entendido el empeño de ciertas personas en estar permanentemente ocupadas, en no tener ni un hueco en su ajetreada vida. Si miro atrás, mis mejores experiencias, los aprendizajes más profundos, han surgido todos en momentos tranquilos: viajes mochileros sin fecha de retorno, periodos de estudio, momentos dedicados a conocer gente nueva, tardes en mi casa cuidando las plantas...
Y muchos de esos momentos pausados quedan registrados en mi libreta. Momentos en los que sólo me siento a mirar lo que pasa a mi alrededor, sin otro propósito que descansar la mente. Como este dibujo de la iglesia de Santa Maria de la Bisbal, que fue hecho en una mañana tranquila de domingo, en la terraza del Escalipatxo.
A mí, que el fin del mundo me pille en una terracita dibujando.

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