lunes, 6 de abril de 2015

Estamos de suerte! Serán las vacaciones o será el calorcito de la primavera, la cuestión es que hemos podido ver, por un instante, al pez melón. Estaba nadando, tranquilo, dejando que los reflejos del agua intensifiquen sus colores alegres.
Una podría imaginar que un pez tan tímido y escurridizo, tan difícil de contemplar, tan evasivo, tendría colores oscuros y discretos. Pero nada más lejos de la realidad, el pez melón nos regala una visión de colores vivos y intensos, reflejo de su vida interior fructífera, llena de imágenes por compartir.


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