Ya hemos llegado a la mitad de agosto y, como cada año, me pregunto si conseguiré superar este mes horroroso sin que me deje secuelas mentales graves e irreversibles. Esta vez, tengo esperanzas porque he conseguido disfrutar de tres días de mini vacaciones para perderme en un castillo en las montañas de la Garrotxa. Silencio, naturaleza, pozas naturales, y lluvia de estrellas fugaces. No se puede pedir más. Aquí os dejo el reportaje del viaje.
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Deeply in love con tu arte y tu estilo!!!!!!!
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