Lo que veo desde mi habitación, una mañana tranquila de fiesta, mientras me tomo un té.

El Pez Melón se ha cansado de hablar en tercera persona. Hasta ahora estaba muy cómodo en la protección que le ofrecía una voz en off pero ya se siente preparado para salir a la superfície por si solo. Ya está listo para hablar con su propia voz. Así que ahora hablaré así, directamente, y os seguiré contando cosas. Cosas sobre mí y sobre mi manera de ver el mundo.  Cosas como esta: siempre había querido llevar una libreta encima, papel en blanco para dibujar lo que pasaba por mi imaginación, lo que veía, lo que captaba, pero por alguna razón nunca lo consideraba un deseo suficientemente importante como para cumplirlo. Y ahora, por fin, salgo a la calle con mi libreta y, una de las cosas que más me gusta dibujar son las personas con las que me cruzo. Personas anónimas con las que coincido en bares, transportes, tiendas y que encuentro infinitamente más interesantes que las imágenes de personas perfectas que encuentro en cualquier revista. Pero no soy suficientemente rápida, ni hábil para hacerlo. Aún. Así que me entreno con imágenes que encuentro por ahí. Eso sí, las más imperfectas que puedo encontrar.

Calella de Palafrugell

Cuando el Pez Melón quiere ver el mar, no encuentra mejor lugar donde hacerlo que en Calella de Palafrugell. Nunca se cansa de pasear por sus callecitas encaladas y de pisar la arena de sus pequeñas calas. Y, por supuesto, de dibujarla. Aquí dos perspectivas distintas de la platja de Portbo.