En Portugal, una ley protege los azulejos históricos de edificios privados y públicos. Si en su día fueron hechos artesanalmente, deben ser restaurados artesanalmente también, y no pueden reproducirse por métodos industriales. Eso hace que pequeños talleres especializados en este trabajo puedan continuar su actividad sin tener que cerrar. Y a eso me he dedicado el mes que he pasado en Oporto, a reproducir azulejos de una fachada del siglo XIX. Un mes entero rodeada de azulejos de todos los colores, tamaños y épocas. Aquí os dejo una pequeña muestra de ellos.
jueves, 20 de junio de 2019
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