domingo, 14 de enero de 2018

La Font de l´Alzina

Tengo la suerte de vivir cerca de una fuente que siempre da agua. Lentamente, a un ritmo desesperante, pero la da. Y sin pedir nada a cambio. Cuando voy, aprovecho para rellenar mis garrafas, dibujar, caminar por el bosque, meditar, y lo que me apetezca en ese momento. Cuando me marcho, tengo la sensación de haber recibido un montón de cosas sin ninguna razón en particular, sólo por el hecho de existir. A veces, cuando me quejo por tonterías, cuando creo que no tengo suficiente, trato de recordar que existe esta fuente; y me da por pensar que existe un delicado equilibrio entre dar y recibir que conviene cuidar cada día. Dar lo mejor de mí en lo que hago, es mi manera de cuidarla, de contribuir a que su lento pero incansable fluir nunca se agote.

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