jueves, 28 de septiembre de 2017

El algoritmo de las hormigas

Os voy a contar un secreto sobre las hormigas: existe un algoritmo matemático, utilizado en computación, basado en el comportamiento de sus colonias. Resumiendo mucho, el asunto funciona así: al salir de la colonia, las primeras hormigas vagabundean al azar hasta que encuentran comida. En ese momento, se dirigen de vuelta a su hogar dejando tras de sí un rastro de feromonas que pueden seguir sus compañeras para no perderse. Al cabo de un rato, las feromonas se evaporan y la ruta desaparece. Así que, cuanto más corta, rápida y directa sea la ruta de vuelta a casa, más posibilidades hay que el rastro no se pierda y lo caminen más hormigas. Cuantas más hormigas las transitan, más rastro de feromonas dejan, de esta manera, las rutas más efectivas son las más transitadas, mientras que, los caminos más largos y azarosos, los menos seguros, van cayendo en el olvido.
Toda una estrategia de efectividad.

O eso es lo que creemos saber.

Os voy a contar algo sobre flores. No existe ninguna flor que se llame Iris Mediterránea. Tampoco ningún Iris ha conocido jamás el fondo del mar, ni ha crecido entre tunicados azules, ni ha tenido la ocasión de disfrutar la danza de las corvinas.

O eso es lo que creemos saber.

Yo quiero pensar, en cambio, que lo que suponemos del mundo, es el reflejo de nuestra propia falta de imaginación. Que las hormigas que pierden la ruta, encuentran tesoros; que las semillas han encontrado rumbos nuevos, y que hay jardines enteros, de flores desconocidas, en las profundidades de cada océano.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

La Ponderosa

Ayer, en medio de todo el caos, me quedé atrapada con el coche entre dos rotondas cerradas, la de Corçà y la de la entrada a la Bisbal. Y ju...