jueves, 27 de octubre de 2016
En su percepción del mundo, muchas cosas son excesivas para el Pez Melón. El ruido, las multitudes, las luces chillonas, los gritos...En su mente, a veces imagina un universo mudo y quieto en el que los movimientos sean tan suaves como en el fondo marino. Una realidad atenuada. Pero, en su última creación, algo ha pasado. Los colores han tomado vida propia y se han adueñado del papel. Exceso de brillo, de saturación, casi hay que entornar los ojos para mirar a esos pájaros posados en la rama. Y está muy bien. Porque, de vez en cuando, está muy bien ser lo que más nos molesta.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La Ponderosa
Ayer, en medio de todo el caos, me quedé atrapada con el coche entre dos rotondas cerradas, la de Corçà y la de la entrada a la Bisbal. Y ju...
-
El pez melón, a veces, se deja llevar por la corriente sin pensar mucho hacia donde va ni modificar el rumbo de su deriva. Hace poco terminó...
-
¿Porqué hacer postales siempre desde el punto de vista humano? ¿Porqué no hacerlas desde el punto de vista de los verdaderos protagonistas d...
-
El tercer especimen catalogado en los archivos del pez melón fue esta especie de mariposa. No fue él quien la encontró, fue al revés. Guiada...
No hay comentarios:
Publicar un comentario